En el vasto y seductor dominio de las viandas crujientes, las alitas de pollo se alzan majestuosas, acaparando devotos entre los gastrónomos. El crisol donde se forja su perfección es objeto de eternos debates; no obstante, dos contendientes emergen: la harina, ese polvo ancestral, frente al moderno polvo para hornear. Adentrémonos en este duelo culinario. La harina, con su presencia casi mítica en la cocina, abraza las alitas con un velo que, bajo la intensa caricia del aceite caliente, muta…