Adentrándonos en las sinuosas sendas de la culinaria praxis, nos topamos con un debate que despierta gran curiosidad: la relación entre el lavado del arroz y su contenido de arsénico. La controversia no es mera charlatanería, sino que se cimenta en indagaciones científicas que persiguen un objetivo noble: mitigar la exposición a toxinas. En este contexto, el arroz emerge como un camaleón de las gramíneas, con la habilidad poco envidiable de absorber arsénico desde sus cimientos acuosos —el suelo y…