En la odisea del día a día, uno halla refugio en oasis de frescura y sabor donde el café con hielo reina supremo. Permite que te conduzca por rutas menos trilladas hacia esos recintos sacros donde la bebida helada alcanza su ápice. Imagina un emporio escondido entre las callejuelas empedradas de una ciudad antigua, donde el tiempo se detiene y las paredes susurran historias de antaño. Allí, la alquimia del café frío se celebra con gran devoción; cada sorbo es…