En la bóveda celeste de nuestras rutinas diurnas, la cena a menudo se contempla como el acto final, una suerte de cierre gastronómico que puede abrazarnos con confort o, según susurran algunas leyendas urbanas del metabolismo, sabotearnos con nocturnidad y alevosía. Permítanme desgranar con indagación y esmero cómo ese último repasto del día influencia nuestra salud y bienestar, desenredando las hebras de verdad y mitología que se han tejido entorno a él. La cena, ese encuentro crepuscular con los manjares,…