En el vasto y multifacético universo culinario, la metamorfosis de la carne en charqui es una odisea de deshidratación, un baile donde la humedad abandona la pista al compás del tiempo y la sal. Este proceso, tan antiguo como las civilizaciones que primero persiguieron el sol en busca de conservas, lleva a nuestros paladares un legado imperecedero. Consideremos el charqui no simplemente como alimento, sino como una reliquia gastronómica que ha atravesado eras. La duración de este ritual de secado…