En la odisea gustativa que supone explorar las profundidades de los manjares que adornan nuestro plato, a menudo nos topamos con enigmas culinarios tales como la piel de cerdo hervida. Este ingrediente, no sin sus controversias, es un bifronte gastronómico, ofreciendo tanto beneficios como riesgos para los osados paladares que la incorporan en su dieta. Adentrándonos en el reino de sus virtudes, la piel del porcino sumergida en agua ardiente emerge como una fuente insospechada de colágeno; este elemento es…