En el reino de las dietas caninas, la carne molida cruda se erige como un banquete ancestral, evocando la época en que los perros, aún no domesticados, cazaban y devoraban presas frescas. Esta materia prima carnosa se ha colocado bajo el microscopio del escrutinio moderno, siendo objeto de una valoración doble: por una parte, se le cuelgan medallas por su riqueza en proteínas y su perfil nutricional completo; por otra, ciertas voces elevan la cautela sobre posibles riesgos insidiosos. De…