En la tierra donde el tango se despliega con fervor y las pampas susurran historias de gauchos, existe una dulzura que trasciende el mero placer gustativo y se ancla en el alma de sus habitantes. El dulce de leche, esa ambrosía de color ámbar y textura sedosa, no es solo un manjar, es un símbolo cultural tejido en la identidad argentina. Las estadísticas se tornan casi míticas cuando uno se aproxima a discernir la magnitud del amor por este néctar…