La carne más resistente del planeta es el músculo del animal, y aunque pueda parecer contradictorio, su dureza está directamente relacionada con su sabor y textura. Este tejido muscular está compuesto por fibras largas y gruesas que requieren de cocciones prolongadas y a baja temperatura para ablandarse adecuadamente. El secreto radica en la paciencia y en el uso de técnicas de cocción adecuadas, como el guiso o la cocción lenta en horno. De esta manera, se logra descomponer las fibras…