En las cocinas donde el arte culinario se fusiona con la alquimia de los sabores, una práctica ancestral ha tentado los paladares más exigentes: la fritura del queso. Esta técnica, envuelta en un halo de misterio y controversia, despierta preguntas sobre su influencia en el bienestar corporal. La fragancia que emana el queso al besarse con el aceite caliente es un poema olfativo que celebra los sentidos. Sin embargo, surgen leyendas urbanas y relatos entremezclados con verdades a medias respecto…