Adentrémonos en el intrincado laberinto de la nutrición, donde la cornucopia de los nutrientes podría, paradójicamente, tornarse un vehículo hacia el desbalance. Hablamos del fenómeno del exceso vitamínico, esa situación menos celebrada que la carencia, pero igualmente digna de nuestra vigilancia y comprensión. Imaginemos que cada vitamina es un hilo en el tapiz de nuestra salud. Un tejido armonioso requiere una tensión precisa; ni demasiado flojo por falta, ni excesivamente tenso por sobra. Cuando la ingesta de estas sustancias ponderosas…