Al sumergirnos en el sublime arte de la repostería, nos enfrentamos a enigmas que, una vez descifrados, elevan nuestras creaciones a cumbres de perfección. Tal es el caso del intrigante procedimiento de añadir agua al horno cuando se hornean muffins. La promesa aquí no es menor: capullos de masa que se transforman en pequeñas cúpulas de esponjosidad con coronas crujientes. Este acto, casi alquímico, responde a la búsqueda del ambiente ideal dentro del bastión metálico que es nuestro horno. Al…