Ah, el enigma que envuelve al porcino, cual misterio aguardando en los recovecos de la culinaria sabiduría. Surge la inquietud entre los sibaritas y novatos de la cocina por igual: tras sumergir la carne de cerdo en el calor del fuego, ¿acaso se tensa cual cuerda de violín antes de rendirse a la suavidad deseada? Permítaseme descorrer el velo de este arcano culinario. Imaginemos que cada fibra del cerdo es una ninfa acuática, inicialmente danzando con ligereza en su entorno…