En el tapiz culinario de los desayunos y meriendas, pocas obras poseen la sencillez majestuosa del pan con tomate, esa alquimia del mediodía o atardecer que despierta el paladar con su frescura e historia. Si bien su concepción es humilde, la tapestry de sabores es todo menos ordinaria. Comenzando por el pan, ese vehículo crujiente y robusto que porta los demás ingredientes; suele ser una barra de pan artesanal, una pieza de miga esponjosa y corteza que estalla en crujidos…