En un cosquilleo de aceite, el pescado se sumerge, despidiendo burbujas de aire como si respirara en su fritura. Este ritual culinario, una odisea crujiente que conquista paladares, tiene raíces tan profundas como los océanos mismos. Indagación en la Génesis Marinera nos lleva a las antiguas civilizaciones fluviales y costeras, donde la abundancia del recurso acuático coqueteaba con el fuego para dar sustento. El Mediterráneo, cuna de culturas y sabores, vio nacer a la gastronomía del pescado inmerso en aceite…