Adentrémonos en el reino de la yema y el licor, donde el ponche de huevo se alza como soberano de la temporada navideña. No es un mero brebaje, sino una sinfonía láctea que danza con especias en el paladar, entrelazando la dulzura con un toque embriagador. Consideremos este elixir no como una reliquia estancada en el tiempo, sino como un lienzo para la creatividad culinaria. Los ancestros nos legaron esta bebida como una base, una fundación robusta sobre la cual…