Descendamos a la cocina de los alquimistas culinarios, donde el queso frito se erige como un bocado codiciado por su carácter indulgente y su textura seductora. Olvidémonos de la trillada nomenclatura de «receta» y sumerjámonos en un mundo donde cada ingrediente es un protagonista y cada paso es parte del gran baile de la elaboración. El Queso: No cualquier morada láctea servirá para nuestro propósito. Buscamos un inquilino robusto, capaz de resistir el abrasador abrazo de la sartén sin desmoronarse…