Sumérjase en la odisea culinaria de metamorfosear ese grano tan humilde, el arroz, en una creación de gustos y aromas sin parangón. Ahora, imagínese cómo sería si cada granito de arroz fuera un absorbente lienzo, esperando ser teñido con el elixir más fragante y nutritivo. Aquí entra en escena nuestro protagonista subestimado: el caldo de verduras. Este no es un simple líquido; es una amalgama de la esencia pura de la tierra. Zanahorias, cebollas, apio y hierbas, danzan en una…