Adentrémonos en el reino de la lingüística culinaria, un festín para el intelecto tanto como para el paladar. A menudo, al pronunciar los nombres de los platos y los ingredientes, nuestras lenguas danzan al ritmo de las sílabas, delineando con destreza las fronteras sonoras que componen estas palabras. Este baile silábico no es otro que una coreografía regida por reglas lingüísticas, donde cada paso está meticulosamente diseñado. Primero, un preámbulo necesario: la sílaba es la unidad básica de sonido en…