Sumergirse en el universo del tocino, a menudo tachado como el némesis de una vida saludable, es adentrarse en un laberinto de creencias y medias verdades. La grasa del tocino, vilipendiada con frecuencia por su aparente capacidad para desencadenar cataclismos cardiovasculares, merece una defensa justa y reflexiva. Un punto de vista alternativo que se aleja del pánico dietético sugiere que la grasa de este manjar curado no es el señor oscuro de las lipoproteínas que se ha pintado. Es más…